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Forte da Graça o Forte Conde de Lippe. |
En plena Guerra de los Siete Años (1756-1763), la ciudad de Elvas sufrió un nuevo sitio (1762) por parte de las tropas españolas, por ello bajo el reinado de José I (1750-1777) se ordenó al Marqués de Pomball, quien llamó al mariscal Wilhem von Schaumburg-Lippe (Conde de Lippe) la reorganización del ejército portugués y la modernización de la "fortaleza de Gracia" levantada durante la Guerra da Restaruraçao en el "cerco de Elvas" (1658-1659), un siglo antes (Siglor XVII).
Tras 29 años (17792) y con el esfuerzo de 3.000 a 4.000 hombres se consigue finalizar la llamada "Fort Conde de Lippe" durante el reinado de María I (1777-1816).
Dicha fortaleza, bajo el nombre de fortaleza de Gracia, no sólo resistió a las tropas españolas durante la citada Guerra de los Sietes Años (1756-1763), sino también, ya tras su modernización y nueva denominación como Fort Conde de Lippe el asedio de las tropas españolas durante la llamada Guerra de las Naranjas (1801) y posteriormente resistiendo un nuevo asedio durante la Guerra de la Independencia (1811), pese a sufrir el bombardeo por parte del general francés Nicolas Jean de Dieu Soult.
Posteriormente fue utilizado como prisión militar, durante el período salazarista, como atestiguan los lemas escritos en las paredes, donde se aconsejaba a los presos el abandono de la pereza, el alcohol y el ensalzamiento de valores como la valentía, el heroicismo, el compañerismo...
Es en 1910 cuando se le reconocía la clasificación como Patrimonio Nacional, y actualmente se encuentra en un período de restauración.
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Entrada con la Casa do Governador al fondo. |
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Fresco con el dragón y los cañones de la entrada |
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Entrada a la capilla. |
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Viviendas de la guardia en los baluartes. |
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Salón central de Casa di Governador. |
El núcleo central destaca por su elevación, siendo de planta circular, con una capilla abajo, y por debajo de esta una gran cisterna, y Casa do Governador arriba.
En dicha estancia podemos destacar el suelo de madera de determinadas habitaciones como el salón, los frescos de las paredes como el dragón que comentábamos con anterioridad, o el cuarto de baño que aún conserva un relativo buen aspecto. Desde allí podremos salir al balcón y tener unas vistas espectaculares, eso sí cuidado con las escaleras, muy estrechas, peldaños muy altos y sin ningún tipo de barandilla o similar.
Cada uno de los baluartes podemos encontrar lo que serían las estancias de los guardias.
Resumiendo un sitio más que recomendable para ir a disfrutar de una de las mejores fortificaciones de la Edad Moderna de toda la Raya hispano-portuguesa y una de las mejores del mundo. Con unas vistas espectaculares, aconsejo llevar cuidado al recorrerla y no olvidarse en casa alguna linterna o frontal para poder disfrutarla al cien por cien.
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Desde el balcón disfrutareis de unas espectaculares vistas. |